1983 Seat Fura Crono Bajo Ampurdán

2018 P. NUBIOLA & Drive-My

SOLO DISPONEMOS DE UN FIN DE semana largo y hay mucho donde es-coger: pueblos con encanto, parajes naturales, castillos y mansiones moder-nistas… y restauradores, coleccionistas, museos relacionados con la historia del automovil que solo podremos ver en una Infima parte.


Propio de la toscana


1983 Seat Fura Crono

1983 Seat Fura Crono


Aunque geograficamente pertenece al Alto Ampurdan, partimos de L’Escala -celebre por sus sa-brosas anchoas en salazon- hacia el sur por la C-31, que discurre a escasos kilometros del mar por una de las areas mas atractivas de la zona. «Cuando en 1908 Ferran Agullo, desde la ermita de Sant Elm, en Sant Feliu de Guixols, tuvo la la idea de bautizar aquella costa agreste con el nombre de Costa Brava, no solo creo sin saberlo una marca turistica de primer orden, sino que daria a conocer al mundo uno de los parajes mas bellos del Mediterraneo», explica el escri-tor Rafael Vallbona en uno de sus reportajes para El Mundo.

Si teniamos alguna duda sobre la eleccion del coche, horas despues ha quedado despejada. Nuestro Fura Crono —cuyo rutilante tono negro contrasta con la petrea palidez del castillo de Bellcaire d’Emporda— va como la seda, ahora que nos hemos acostumbrado a su ochentero tacto, y el nivel sonoro en el interior no es tan alto como nos parecio al principio. Eso si, el pie izquierdo adn sigue extranandose al topar con un protuberante paso de rueda, de cuando los automovi-les eran bastante mas pequenos que hoy. En cambio, la instrumentacion resulta muy completa e incluye medidor de la presion de aceite.

Ascendemos hasta la pequena poblacion de Pals, en-caramada en una suave colina, que ha conseguido man-tener intacta su configuration de pueblo medieval hasta hoy. No es la dnica de este estilo en la subcomarca: tambien Cruilles, Monells, Peratallada o Palau-Sator, entre otras, se conservan tal como eran setecientos anos atras. La patria chica de los hermanos Salvador y Josep Maria Servia queda a menos de 10 kilometros de Begur, otros de los hitos de la Costa Brava, donde a finales del siglo XIX surgieron las llamadas “casas de india-nos, edificadas por aquellos que se habian enriquecido haciendo las Americas y querian dejarlo bien patente ante sus paisanos. En los anos 50 y 60 el encanto y la tranquilidad de Begur tambien logro atraer a celebrida-des como el clarinetista Artie Shaw, que venia huyendo del macarthismo, o la genial bailaora Carmen Amaya, quien pidio ser enterrada alii.


1983 Seat Fura Crono

 

En plena costa brava, uno de los sitios más bellos del mediterráneo


Entiendo el magnetismo que caracteriza este terri-torio. Algo inaprensible en su atmosfera, tal vez esa mezcla de paisajes, colores y quietud, seduce a cual-quiera que se deje llevar (y eso que todavia no hemos dicho nada de los sabores). Aqui han venido a parar figuras de notable fuste literario: Tom Sharpe, esta-blecido en Llafranc desde 1992; Truman Capote, que paso tres veranos en Palamos; Terenci Mox lo hacia en Ventallo y Jaime Gil de Biedma en Ultramort; y sobre todo el prolifico у extraordinario Josep Pla, hijo de Palafrugell, que residio gran parte de su vida en el Mas Pla de Llofriu, donde acabamos de parar a repostar: el Fura Crono tiene sed y nuestro periplo nos tiene que llevar un poco más abajo, al extremo sur de la comarca.

TRAMO ESTRELLA.

Aunque en esta zona no fal-tan sitios de indiscutible belleza, pocos son tan es-pectaculares como la carretera GI-682 entre Tossa de Mar (La Selva) y Sant Feliu de Guixols (Bajo Ampurdan), un largo y sinuoso balcon de 365 vi-rajes sobre el verde de los pinos, el azul del mar y un rosario de calas que emergen en cada rincon. Cuando el Catalunya-Costa Brava era puntuable para el Mundial de Rallyes, a finales de los anos 90, sus 22,6 km de empinadas cuestas y pronunciados descensos formaban el tramo estrella de la prueba en Gerona, incluyendo la desviacion a Sant Grau.

Esta carretera que algunos consideran la mas bonita de Cataluna integra actualmente el recorrido del Costa Brava Historic que organiza RallyClassics. Retomamos esta columna vertebral de asfalto que es la C-31 para ir a buscar la C-66 que nos llevara a La Bisbal; a medio camino nos espera un colec-cionista bastante peculiar con el que habiamos concertado una cita dias atras. Lo que contemplamos en su finca merecerla ser recogido en un reportaje extraordinario.


1983 Seat Fura Crono

 

No hay pueblo sin vestigio en esta zona, pero mejor dejar el coche fuera para verlos de cerca. Las anchoas de L’Escala gozan de fama mundial, dicen sus productores.


 

Son numerosos, diversos y muy fascinantes los vehiculos que nos dejan boquiabiertos. Él, un verdadero gentleman que nos brinda un tra-to exquisito, no desea que revelemos su identidad. Y sin el personaje resulta imposible entender el con-junto. Pese a todo, me emplaza a un nuevo encuen-tro para “negociar”. Tendré que usar la imaginacion y enfocar el asunto de una manera distinta.

La cuarta y la quinta relacion permiten al Fura deslizarse sin esfuerzo por las suaves carreteras de la llanura central del Bajo Ampurdan, cruzando pue-blecitos de agudas sonoridades: Llabià, Valldavià, Parlavà, Flaçà, Rupià, Corçà, Ullà…. Nuestro periplo se acerca a su final, y al pasar por Sant Marti Veil -otro tesoro que parece salido de un cuento de prin-cesas y dragones- nos acercamos hasta la plaza de la iglesia con intencion de saludar a Jordi Garcia Pujol, respetado especialista en BMW antiguas y viejo co-nocido, pero debe encontrarse de viaje pues no ve-mos su furgoneta aparcada. Bueno, sera una excusa ideal para volver y disfrutar una vez mas de todo lo que esta tierra puede deparar a quien la visite.

Al volante del Seat Fura Crono

El Fura Crono llegó en 1982, durante una etapa crítica para Seat. Pese a derivar de un modelo lanzado diez años antes, su motor de 75 CV y su caja de 5 marchas con desarrollos cortos lo convertían en una pequeña bomba (sólo pesaba 760 kg) utilitario-deportiva que hizo las delicias de miles de jóvenes -y no tan jóvenes- conductores, protagonizando una de las copas de circuito más disputadas de la época.


1983 Seat Fura Crono interior

 

1983 Seat Fura Crono interior


 

Ciertamente, no deja de ser un cientoveintisiete con motor de catorcetreinta pero parece mucho más coche. Los comentarios que desata por donde pasa —«Mira ¡un Fura Crono!»— seguro que llenarían de orgullo a su feliz propietario Jaume Sánchez (seatenrodaje.com). Es sencillo, manejable y más cómodo de lo que nos parecía al principio de la prueba.

También convence por su polivalencia: recorre el tramo Sant Feliu-Tossa a un ritmo alegre y seguro, gracias al buen hacer de su tracción delantera, y acarrea sin quejarse a cuatro personas con la compra del in de semana en el maletero. Nadie diría que tiene 35 años: desde el punto de vista práctico sigue siendo igual de eicaz ¡y la mar de divertido!

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