2019 Mazda 2 Sedán i Grand Touring

2018 Carlos Quevedo & Drive-My

A Mazda le hacía falta ofrecer algo en el nicho más solicitado del mercado mexicano, aquel de los sedanes subcompactos. La solución era fácil: vender con su propio emblema el Yaris R que llevaban armándole a Toyota desde hace poco más de dos años.


IndIspensable


Mazda 2

 

Éste sí es. Bien se sabe que el 2 Sedán ya existía como Toyota Yaris R, fruto de una alianza y con una configuración de equipamiento diferente.


Con todo y la ofensiva de los crossovers, que tratan de ser todo pero en muchos casos al final no son nada, todavía existe una gran porción de compradores que con un pensamiento más racional, sensato y no tan determinado por las modas, ven en el tradicional sedán su alternativa ideal como único coche: el del trajín del diario en la ciudad y el de los paseos a quién sabe dónde a cientos de kilómetros de casa. Un sedán subcompacto en un mercado en vías de desarrollo es el que lo tiene que hacer bien todo, es crítico que cumplan su tarea porque en muchos países con características similares a México, son los que seguirán sosteniendo por varios años los volúmenes de cualquier marca bien posicionada.

Es por eso que se extrañaba tanto el 2 Sedán en la oferta local de la casa japonesa, pues dicho modelo ya existía en el portafolio de tiempo atrás, al punto de que quien escribe estos renglones tuvo la oportunidad de conducir uno, basado en la anterior generación de este subcompacto, hace ya casi ocho años. Aquel se importaba de Tailandia a Latinoamérica, el que nos ocupa en estas líneas se hace con orgullo en Guanajuato y lo conocemos, así sea un Mazda de punta a punta, como Toyota Yaris R a consecuencia de las a veces raras alianzas que suelen ocurrir en la industria.

No sobra recordar que contra el 2 hatchback, es 26 centímetros más largo, uno más bajo y mantiene idéntica la distancia entre ejes. La cajuela pasa de 220 a 410 litros.  Ahora, portando el logo que siempre debió tener, estamos ante el mismo “Yaris” que probamos a comienzos de 2016, pero con cambios en ciertos detalles visuales y en la configuración de equipamiento, apartado en el que destacan a todas luces las seis bolsas de aire incluso desde la versión de acceso.


Mazda 2

 

Te he visto antes. Tal como en la pasada generación del 2 sedán, el tercer volumen se integró muy bien.


Casi el mismo

A la cabina que conocemos tan de sobra hay que resaltarle en este Grand Touring pintado en “gris titanio” un interior con una combinación de tonalidades que pareciera quererle dar un cierto toque lujoso: el marrón se mezcla con el negro entre la piel del tablero y las puertas o las vestiduras mixtas en los asientos que hasta una simpática línea decorativa de tela incluyen y cuyos cojines podrían brindar un soporte más firme del que aparentan.

Junto al granulado y el poco brillo de los plásticos, además del tacto de casi cada mando, la calidad luce por encima del promedio de no ser por algún pormenor que confirma a este 2 como un subcompacto y como un modelo de entrada, eso gracias a la falta de iluminación de los botones en las puertas, a que no hay una sencilla agarradera interna para cerrar el portón de la cajuela (que no tiene apertura directa, sino dos remotas desde el control y desde el tablero) o algún encaje o borde no tan cuidado en los paneles de las puertas, específicamente la zona que da hacia los cristales.

En lo demás, no hay sorpresas: la interfaz de la pantalla táctil central termina siendo más natural de utilizar con la bien resuelta perilla central, el acelerador anclado al suelo es un guiño a la deportividad que la marca tiene como sello de identidad y el espacio queda en el promedio de sus contrincantes.


Mazda 2 interior

 

Mazda 2 interior


INTIMIDADES

  1. Muchos ya están acostumbrados a una llave con acceso manos-libres. Aquí todavía hay que usar el control, pero al menos el encendido sí es por botón.
  2. El tacómetro “palpita” al parpadear justo antes de encender o apenas se apaga el auto. Muy Mazda, como si el coche tuviera corazón.
  3. Los faros con todas las funciones en LED brindan gran iluminación y ayudan a quitar esos eternos conductores que se aferran al carril izquierdo gracias a sus notorias ráfagas.
  4. A cambio de las seis bolsas de aire, perdimos una cámara de estacionamiento atrás, o siquiera unos sensores de proximidad. Unas por otras.
  5. El “HUD” típico de los Mazda más pequeños, una lámina plástica que se despliega por encima de la caperuza, solo muestra la velocidad.

Con más identidad

Lo que más distingue a este 2 Sedán de la gran mayoría de sus alternativas es una conducción en la que sí pensaron en un usuario que disfruta el acto de manejar y no lo ve como una simple obligación. Eso diferencia al hatchback también, pero en el nicho de tricuerpos las opciones con cierta orientación más pasional tienden a escasear más en un mar de cajitas rodantes grises que son vistas toda su vida como un electrodoméstico más.

Ya comentamos en su día (al comparar un 2 hatch con un Kia Rio) que la menor potencia del motor engaña, porque entre la gran respuesta por su robusta banda de torque a medio régimen, el menor peso y una caja automática bien programada, el Mazda termina siendo igual o más rápido en la práctica que rivales en teoría más poderosos que presumen motores un poco más grandes. En la modalidad Sport el acelerador se torna muy inmediato y el coche se hace muy intuitivo a un ritmo rápido al retener cuando debe, rebajar sin retrasos y aprovechar muy bien el impulso que su comedida potencia siempre va a necesitar.

Y sin activar dicha modalidad, a veces se mantiene en la misma marcha y eleva las revoluciones más de lo esperado. De hecho uno podría terminar pasándolo a la casilla manual para elegir la siguiente velocidad a voluntad. Tal vez en nombre de una mayor comunicación al conductor, el interior se antoja ruidoso en autopista, entorno en el que rueda aplomado pero sin olvidar su corta distancia entre ejes, pues detenciones abruptas podrían traducirse en algún sutil movimiento de cola.

En todo caso, la precisión y el calibrado de la dirección y los pedales nos brindan una conexión constante que también contribuye a dar mucha confianza y seguridad si se so brepasan los límites sensatos a los que debería ir siempre un pequeño sedán familiar como éste. Al final, el argumento del Mazda es emocional, pero no se olvida de factores indispensables en un coche “de batalla” en este segmento, pues sigue siendo utilizable para una familia, cómodo en su andar, seguro en su equipamiento y económico en consumo.


DATOS OFICIALES

generales
Rango de precio
242,900 a 292,900 pesos
Atención al cliente 01-800-016-2932
www.mazda.mx

MOTOR

Situación Delantero transversal
No. de cilindros Cuatro en línea
Bloque / cabeza Aluminio/aluminio
Distribución DOHC, 16 válvulas
Alimentación In yec ción directa
Cilindrada 1,496 cc / 1.5 l
Diámetro x carrera 74.5 x 85.8 mm
Compresión 12.0:1
Combustible Gasolina, 87 oct
Potencia máxima 106 hp a 6,000 rpm
Par máximo 139 Nm (103 lb-pie)
a 4,000 rpm

TRANSMISIÓN

Caja Automática, 6 velocidades
Tracción Delantera
Embrague Convertidor de par
Relación diferencial 3.82 :1

BASTIDOR

Susp. del. MacPherson
Susp. tras. Eje torsional
Elemento elástico Resortes helic.
Estabilizadora del / tras. Sí / No
Frenos del. Discos vent., 258 mm
Frenos tras. Tambores, 200 mm
Asistencias ABS, ESP
Dirección Eléctrica
Giros volante 2.75
Diámetro de giro 9.8 m
Neumáticos 185/60 R16 86H

RENDIMIENTOS

Vel. máxima N.D.
Acel. 0-100 km/h N.D.
Consumo medio 19.00 km/l
Emisiones de CO2 123.5 gr/km

CARROCERÍA

Peso 1,104 kg
Largo/Ancho/Alto 432x169x148 cm
Dist. entre ejes/vías 257/149-148 cm
Cajuela 410 l

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