El Tiguan crece 21,5 centímetros en esta nueva variante de carrocería que nos ofrece el plus de sus siete plazas sin variar su excelente comportamiento ni sus amplias opciones mecánicas
PENSAR EN CLAVEDESIETE
En autopista es perfecto para viajar, y en zonas montañosas la carga puede lastrar la respuesta del motor.
La plataforma MQB del grupo VW se está convirtiendo en una especie de piedra Roseta en torno a la cual el imperio alemán construye buena parte de las gamas de sus marcas. Empleada en modelos como VW Tiguan cinco plazas, Skoda Kodiaq, Seat Tarraco… se calcula que en un futuro podría servir de base para más de 40 modelos, siendo el Audi A3 el primero que la estrenó en 2012.
En esta ocasión sirve como esqueleto para la versión de siete plazas del Tiguan, una variante que mide 21,5 centímetros más que el modelo originario, lo que le permite ofrecer siete plazas en su interior, conigurado en tres ilas de asientos y un maletero con 165 litros más de capacidad. Con casi 11 centímetros más de voladizo trasero y una batalle alargada en 11 centímetros, el Allspace gana muchos centímetros de habitabilidad en el habitáculo, lo que le permite enfrentarse a su competencia natural como son los Peugeot 5008 o Skoda Kodiaq sin complejos, aunque tampoco vence en ninguna cota concreta frente a ellos.
En España se comercializa de serie con siete plazas y con un sobreprecio respecto al normal de 3.500 euros, aunque en otros países existe la variante Allspace para cinco ocupantes. Un réplica a escala Exteriormente es difícil distinguirlo del cinco plazas salvo que no tengamos uno al lado, esto mismo resulta algo más sencillo en el interior, pues aquí encontramos la nueva pantalla de navegación de ocho pulgadas –opcionalmente de 9,2– ya estrenada por el Golf.
El acceso hasta la tercera ila de asientos es angosto, como es habitual en este tipo de carrocerías. Hay que deslizar la segunda ila longitudinalmente –hasta 18 centímetros– abatir el respaldo hacia delante, lo que deja libre un pasillo por el que accedemos hasta la zona posterior. Nada complicado para niños o personas no muy voluminosas. Una vez sentados disponemos incluso de guantera y reposabrazos, todo un lujo y unos cotas que no están mal para un rato en caso de que seamos adultos, aunque ligeramente peores que las que ofrece, por ejemplo, un Peugeot 5008, especialmente en altura.
2018 VW Tiguan Allspace
Calidad que se percibe La sensación de calidad interior y las posibilidades de equipamiento justiican con creces su precio, que también resulta ligeramente más elevado que el de su competencia directa. Al volante, la sobriedad y la funcionalidad germana se dan la mano en un conjunto en que destaca el Virtual Cockpit que hace las veces de cuadro de relojes y que permite varias posibilidades de coniguración en función de nuestro gusto.
Este propulsor marca el acceso a la gama Diesel del modelo. No por ello deja de parecernos uno de los más recomendables, pues cumple con su cometido con notable salvo que acostumbremos a circular cargados hasta los topes, en cuyo caso merece la pena que nos planteemos dar el salto hasta la variante de 190 caballos, con el sobreprecio que ello supone. Pero bajo nuestro punto de vista resulta más interesante decantarse por el excepcional cambio DSG que por un aumento de potencia.
Sobre todo ahora que esta variante de la caja de siete velocidades ha alcanzado unos niveles de eicacia y suavidad en su funcionamiento realmente loables. Pese la existencia de un paquete ofroad que mejora los ángulos de ataque e incluye un protector de bajos, se trata de un vehículo orientado en un 80% hacia el asfalto, aunque es cierto que permite incursiones fuera de carretera con solvencia, especialmente si contamos con neumáticos adecuados para la ocasión.
EL interior es igual al del Tiguan normal, salvo por la pantalla multimedia de nueva generación y mayor tamaño.
Al igual que su hermano menor, dispone de un selector de modos de conducción, que nos ofrece la posibilidad de elegir entre las opciones on road –normal o sport–, ofroad, snow, individual o comfort, éste último sólo disponible cuando contamos con la suspensión de irmeza variable –DCC–.
Al volante, sin brusquedades Sobre el asfalto se muestra preciso y transmite mucha seguridad en autopista, especialmente en lo referente al tren delantero, rápido y diligente con las órdenes de volante, aunque no debemos olvidar que llevamos un ‘bicho’ de 4,7 metros y casi 1.800 kilos con unas inercias que nos obliga a ser suaves y previsores con sus respuestas.