A menos de un año de su presentación, SEAT “digitaliza” su icónico Cupra para colocarlo como primera opción lúdica entre entusiastas. Y agrega extras sin cobrar más.
DIGITAL Y RABIOSO
Seat leon cupra 290
A menos de un año que fue presentada la última versión rabiosa del León, el Cupra se “digitaliza” y nos presume, como carta fuerte en esta actualización, un tablero que dice adiós a los relojes e indicadores analógicos. Todo comienza debajo de la cúpula, donde una gran pantalla nos despliega la información en tres modos: clásica, digital y especial. La primera simula los relojes de tacómetro y velocímetro; la segunda deja espacio para la relación seleccionada de la caja y un velocímetro digital; y la tercera permite saber los generales del auto y del viaje.
Todo con el fondo de otra información de interés proveniente del sistema de navegación, del sistema de infotenimiento u otros elementos informativos, siempre al gusto del conductor. Acompaña a este llamativo despliegue visual, una colorida táctil de ocho pulgadas al centro del tablero, que también facilita la gestión de los sistemas de infotenimiento, así como de las amenidades más utilizadas en los viajes de larga distancia.
Otra de las novedades extra que se incluyen en esta variante todavía calificada como 2018, es el arranque por botón –Kessy al interior de la casa–, el tapete de recarga inalámbrica para teléfonos celulares inteligentes, y el sistema de navegación, todo en un paquete que no supera un costo aproximado de 30 mil pesos (estimado). De hecho, el precio ya cerrado con todas los extras antes mencionados es de 486,900 pesos; es una versión única. Un precio muy atractivo si analizamos la relación valor/precio.
Seat leon cupra interior
¿Y cambió mucho?
Aunque ya probamos la variante SC –hatchback de tres puertas pero más afilado-–en el número 272 de AP, ahora tenemos la oportunidad de valorar la vertiente de cinco puertas, más racional en su utilización pero sin ese aspecto aguzado e individualista que le otorga la carrocería SC de SEAT. Una de las primeras ventajas es que la habitabilidad de la segunda fila es sensiblemente mejor; las segundas puertas facilitan el acceso y el espacio para piernas resulta menos comprometido. El resto permanece sin cambios: las vestiduras de textil alcantara, los detalles deportivos en volante, asientos y puertas permanecen.
Y en todos los paneles y terminados aflora la calidad mejorada de los últimos SEAT. Respecto al dinamismo, este León no cambia en lo absoluto. Conserva el tren motor de dos litros turbocargado de 290 HP –cifra aludida en la plaquita del portón–, y par motor de 350 Nm (258 lb pie), acoplado a una refinada transmisión robotizada de seis escalones –el pariente mayor le dice DSG–, que logra un desempeño en vías rápidas tanto exigentes –nuestro revirado tramo de montaña fue nuevamente juez– como relajados, concebidos para esos viajes largos a ritmos elevados siempre que las condiciones lo permitan.
Nuevamente corroboramos en las curvas sinuosas su buen aplomado, producto de un chasís bien afinado, con esa mínima subvirancia que busca protegernos en caso de un exceso de confianza. Ayuda mucho el diferencial activo, pues gracias al Haldex de última generación, la adherencia y tracción están garantizadas en casi cualquier circunstancia que afronte este Cupra. No obstante, si tenemos las facultades de un conductor bien entrenado, podemos jugar un poco con el modo Cupra –los otros tres son Confort, Sport e Individual–, e incluso si nos atrevemos, se puede desconectar parcial o totalmente el ESC.
Este último, dada su audacia dinámica, recomendable solo en pista cerrada para evitar un accidente serio. El empuje del motor es muy consistente, siendo el mejor rango entre las 3,000 y 5,000 rpm, aunque el tetracilíndrico puede girar hasta la zona roja del tacómetro antes de que realice el cambio subsecuente. Uno de los atractivos de la caja robotizada es que las manetas tras el volante facilitan mucho la conducción velocista, pues su respuesta es casi inmediata, lo que se traduce en un control muy efectivo si nos decidimos por un manejo agresivo.
Afortunadamente, los frenos son excelentes, virtud basada en discos flotantes y unas pinzas de cuatro pistones que dosifican certeramente la presión máxima cuando se lo pedimos. Y un poco a descargo de tanta adrenalina, el dos litros todavía puede ser ligeramente ahorrativo si procuramos una conducción más sosegada, digamos que cuando ya es fin de quincena y los bolsillos escasean de efectivo. Sin duda, este León Cupra gana enteros tanto con su “digitalización” como con su precio, que hará que más de un amante de los hot-hatchs lo mire con especial atención.
INTIMIDADES
- La elección de las pantallas de la cúpula resulta fácil, al toque de un botón.
- Los asientos delanteros tienen buen soporte pero les falta más apoyo en caso de curvas. Punto de mejora.
- En la vecindad de los 200 km/h, el Cupra observa un aplomo y refinamiento propio de coches más costosos. Muy bien.
- Existe en la consola central un hueco al tamaño de la llave, así no la perdemos ni se confunde en los otros compartimentos.
- La posición del botón de arranque evoca al hermano pudiente –Audi–; bien por SEAT.