Honda Civic y Peugeot 308 son dos compactos llenos de vitalidad, como demuestran sus modernos y efi cientes motores Diesel, que han recibido mejoras para demostrar que este combustible aún tiene cuerda para rato
MIRAN POR TU BOLSILLO
2018 Honda Civit vs Peugeot 308
En un mundo plagado de SUV, hablar de dos vehículos compactos parece ciencia icción. Sin embargo, muchas compañías siguen apostando por ellos para alegría de unos cuantos, entre los que me incluyo. Es el caso de nuestros dos protagonistas. Por un lado el Honda Civic, un vehículo con más de 40 años de experiencia en el sector y que ha conseguido sobrevivir a todo tipo de modas. Por otro, el Peugeot 308, un modelo que ha logrado revitalizar las ventas de la marca gala convirtiéndose, el año pasado, en el cuarto compacto más vendido de su categoría.
2018 Honda Civic interior
Ambos han sufrido modiicaciones que han mejorado tanto su aspecto como su dinámica. No son muy profundos, pero resultan lo suicientemente importantes como para hablar de ellos. En el caso del Honda Civic, resulta curioso que presente cambios que hayan afectado a toda la estructura cuando sólo lleva un año a la venta. Éstos van desde la carrocería, que ha crecido y varía un poco su estética, hasta su interior.
2018 Honda Civic
El chasis también ha sido revisado a fondo para mejorar aún más su comportamiento. Pero lo más novedoso del nipón es el bloque 1.6 i-DTEC de 120 caballos que estrena. En el Peugeot, las novedades se han centrado en ligeros retoques tanto fuera como dentro pero, sobre todo, en la incorporación de un nuevo motor 1.5 BlueHdi de 130 caballos que promete mejores consumos. Una bajada de cilindrada que podría pasarle factura…
TODO BAJO CONTROL
A los mandos del Peugeot apenas encontramos cambios. En su habitáculo, seguimos contando con el conocido iCockpit, seña de identidad en los modelos del león, y del que la marca ha sabido sacar su mejor partido en vehículos como éste hatchback . Una curiosidad que no sabe la mayoría es que la altura del volante en esta coniguración coincide con la posición del corazón, permitiéndonos realizar más kilómetros con menos fatiga. Continuando con su interior, su mayor novedad se centra en la pantalla capacitiva de 9,7 pulgadas, que ahora cuenta con un sistema mucho más rápido y luido a la hora de usarlo.
En su exterior, las diferencias con el modelo al que sustituye pasan por alto pero si te ijas, la parrilla ha sido ampliada, dando ahora la sensación de ser más ancha. Además, ha sido cromada al completo y el logotipo integrado en la misma le coniere un toque lujoso. Los faros por su parte, han conservado su tira led pero la coniguración interna ha cambiado.
Cosa que no ocurre en los traseros, en los que sólo se han incluido las mismas tiras para simular el emblema de la marca. Nos ponemos en marcha con el 308 y nuestra primera sensación es que el motor es algo perezoso en bajas, costándole un poco la salida desde parado. Pero una vez que el vehículo ha cogido impulso, en torno a 1.750 vueltas, la mecánica se muestra de lo más enérgica y silenciosa. Esto último se puede apreciar incluso al ralentí, donde las vibraciones apenas son apreciables. Tanto es así que, estando estacionados, llegamos hacer el amago de volver arrancar.
2018 Peugeot 308
ADIÓS GASOLINERAS
Si hablamos del Civic, el ‘traqueteo’ es algo más notable. Sin embargo, su comportamiento es totalmente diferente. Debido a su concepción de corte deportivo, la respuesta del i-DTEC es de lo más enérgica y reactiva. Una ligera pisada al acelerador y el vehículo sale disparado hacia el objetivo que te marques. El empuje es sorprendente para un vehículo Diesel, estirando el par hasta las 4.000 revoluciones por minuto casi sin despeinarse. E incluso estando ahí, el propulsor no ‘muere’, simplemente aguanta el tirón con nota. Pero si en algo destacan estos dos vehículos es en su consumo.
En el primero de los tramos, una carretera con subidas y bajadas en el que no faltan las curvas cerradas, tanto el Peugeot como el Honda no pasaron de los 6,5 litros –6,1 el primero y 6,4 el segundo–. Unas cifras destacables si tenemos en cuenta que los vehículos estaban cargados para el in de semana. Con estas premisas podemos olvidarnos de las gasolineras en mucho tiempo… Por su puesta a punto, el japonés nos va convenciendo de que es un auténtico rutero.
Ofrece muy buenas sensaciones en marcha, siendo especialmente eicaz en carretera. Sin llegar a ser blandas, las suspensiones toleran perfectamente los desperfectos del asfalto y el balanceo de su carrocería es mínimo. Tal es su compromiso que a veces da la sensación de estar subido en un deportivo. Esto se lo debemos, en gran parte, al bajo centro de gravedad del coche. Y no hay que olvidar- se que, sobre esta misma base, se construye el Civic Type R, lo que demuestra el potencial dinámico de su chasis.
Peugeot 308 interior
CAPACIDAD PARA TODO
El francés va a la zaga, ya que se muestra de lo más equilibrado, permitiéndonos mantener el tipo hasta en curva. Y todo ello sin renunciar al confort de la amortiguación, que nos permite pasar por las irregularidades sin apenas darnos cuenta. Su dirección nos ha resultado algo blanda y poco informativa. Cosa que no ha ocurrido con el Civic, en el que en un uso normal ya era sorprendentemente dura e ilustrativa. En el Civic, su interior te recoge como si te fuera a abrazar. Especialmente en los asientos delanteros donde sus ‘orejas’ laterales te mantienen en tu sitio en todo momento. Atrás, la sensación de amplitud es mayúscula.
En las piernas te sobra espacio para que puedas entrar sin problemas, incluso si el conductor mide más 1,80 metros. A esto ayuda que su banqueta posterior esté en ángulo, permitiéndonos una ergonomía mucho mayor. Lo que menos nos gustó fue su asiento central, pareciéndonos algo duro y sin apenas espacio. En el 308 la banqueta trasera es recta, pero no le hace falta más puesto que su amplitud es bastante buena. Eso sí, en los asientos delanteros su sujeción no nos pareció tan buena y confortable como en los del Civic. El asiento central, al igual que en el japonés, era algo justo.
En cuanto al maletero, el francés tiene una capacidad de 432 litros aunque 22 de ellos están escondidos bajo el piso. Aun así tiene sitio para la rueda de repuesto. El Civic, por su parte, cuenta con un maletero bastante amplio con una entrada baja para cargar cualquiera de tus bártulos sin ningún problema. Su capacidad está ijada en los 478 litros, siendo una de las más grandes de su categoría. A cambio pierde la posibilidad de una rueda de repuesto, llevando solo el típico kit antipinchazos. Para suplir esta deiciencia, incluye un doble fondo de 64 litros que te permitirá cargar un extra.
Por distribución nos ha gustado más el del Civic. En deinitiva estos dos vehículos están pensados para disfrutar durante mucho tiempo en la carretera, ya que los kilómetros se pasarán casi sin darnos cuenta debido, por un lado, al contenido consumo y, por otro, a sus buenas maneras en carretera. Precisamente por lo bien que se comportan dinámicamente, decantarse por uno o por otro irá más bien en función de lo que uno quiera.
Si buscas deportividad, asientos más bajos y un maletero más grande, el Honda Civic será el elegido. Si, por el contrario, preieres sacriicar un poco de maletero pero tener rueda de repuesto, mayor altura al techo en las plazas traseras y un diseño más clásico, el 308 responderá a tus necesidades.
