De la renovada Serie 1, nos llega el 120i en formato sedán, que busca colocarse entre la nutrida oferta de estos cuasi subcompactos de corte premium.
EL MINI-BM
Si tu competencia tiene éxito en segmentos populares, hay que seguirle el paso para ganar dinero también. Pareciera ser la premisa que adopta BMW al integrar a su portafolio mexicano al singular sedán de la Serie 1. Creado sobre la divertida plataforma del Mini extendido –léase UKL2_, este nuevo coche sólo es fabricado en el hoy primer mercado de consumo de automóviles,
China. Llega a nuestro país como opción familiar de acceso a la firma bávara, que busca la tradicional carrocería de tres volúmenes sin necesariamente conocer a la marca o a su filial caprichosa –¿alguien dijo Mini?–. Porque a pesar de la aparente voracidad por la figura SUV, todavía existen muchos clientes que apuestan por la siempre vigente estampa del sedán.
En el caso del 120i, queda claro que las líneas maestras de los hermanos mayores prevalecen, como la enfática cintura que en este caso se extiende hasta las luces traseras y no presenta ese desvanecimiento en el tercer poste del hatchback. Por fuera es inconfundible como BMW, pues todo está bien apegado a las directrices físicas de la casa teutona. Donde las cosas empiezan a cambiar es al interior.
Si bien el tablero exhibe el minimalismo y la horizontal como premisa de diseño –mírese el HVAC y toda la consola frontal–, los relojes son más pequeños y la pantalla central –no es táctil– como eje de información resulta de las más reducidas que hemos visto en coches de talante Premium. No es que sea malo pero se nota. Incluso el mecanismo iDrive conserva su fisonomía debidamente adecuada al tamaño de toda la cabina.
Destacan los asientos delanteros, que procuran muy buen soporte en espalda y piernas, con ajustes extra que facilitan casi cualquier posición; lo curioso, casi todos son de reglaje manual. La segunda fila también acusa esa reducción obligada de tamaño pues apenas acomoda a personas de mediana estatura; lo ideal es gente menuda o de complexión fina.
Y la cajuela nos comprueba el quehacer de la firma, con un doble fondo pero sin rueda de refacción; utiliza las famosas gomas RunFlat, que quizás no a todos sus posibles consumidores convenzan. En cuanto a calidades, no apreciamos ningún punto de queja u observación. Los acolchados en tablero, los paneles de plásticos y los puntos de roce frecuente están en sintonía con la filosofía de la casa. Muy buenos dada su orientación.
INTIMIDADES
- Los asientos traseros pueden tumbarse en 40/20/40, una relación muy práctica.
- Las manijas para ajustar los asientos no son tan intuitivas; la del respaldo exige más atención.
- Gracias a la tracción delantera, hay suficientes huecos y compartimentos en toda la cabina. Buen punto.
- No hay un hueco o rendija para acomodar la llave; punto de mejora.
- Los laqueados en negro son vistosos pero en ocasiones su resplandor distrae o cansa al manejar mucho tiempo bajo el sol.
BMW 120i Sport Line interior
Corazón confiable
En razón del bastidor más compacto de BMW, este sedán dispone de tracción delantera, lo que hace una década hubiese sido una aberración, una seria contradicción a sus principios de propulsión trasera. Pero los tiempos cambian y hay áreas de oportunidad para el sistema de tracción más extendido de toda la industria. Y en BMW han volcado toda la experiencia ganada por el Mini y sus variantes para crear coches con el círculo ajedrezado al frente y el motor en posición transversal, lo que les permite ganar espacio en cabina así como un apreciable ahorro en costos de ensamble y mantenimiento.
Nuestro 120i monta el efectivo cuatro cilindros de 2.0 litros turbocargado de 192 HP, que en combinación con la eficaz transmisión automática de ocho relaciones logran una de las mejores sinergias mecánicas del mundo en términos de administración energética. Una de las ventajas de esta reciente pareja de ingenios mecánicos es que despuntan por su proactividad pues facilita mucho la conducción veloz, si bien no tan contundente como en un Serie 3, sí con mucho sabor a velocidad que solo los coches de este corte pueden ofrecer.
Claro, siempre en el entendido de que es un auto de talla subcompacta y su primer objetivo es la movilidad y estatus de logro social, antes que un vehículo de alto desempeño. Durante nuestra valoración en zona montañosa, este 120i defiende bien los apellidos europeos. El turbocargado empieza a empujar desde las 2,500 rpm y la caja hace su parte de manera casi perfecta. Realiza los cambios ya de manera proactiva –reduce velocidades con un pisotón al freno o al acelerador–, o por gracia de las manetas detrás del volante, cuya respuesta es prácticamente instantánea, ideal para conducción velocista.
Su marcha luce firme, con ese toque sedoso que suaviza el andar en caminos menos prolijos en su superficie. La dirección conserva esa vivacidad de la casa, aunque la tendencia en curvas cerradas es subvirante, inevitable si consideramos el principio de automoción de este BMW. No obstante, en curvas de mediana exigencia, el 120i permanece fiel a lo dictado por el timón circular; solo en caso de tramos de alta velocidad, presenta un ligero balanceo, quizá producto de una suspensión de recorrido más corto de lo esperado y probable herencia geométrica suspensoria de la plataforma utilizada.
Por cierto, el tren motor presume tres calibraciones para el gusto: Sport, Comfort y EcoPro, una trilogía de caracteres muy conocida por los entusiastas. Mientras, los frenos poseen el clásico primer recorrido suave pero presumen un tacto y mordiente cuando superamos esta distancia que nos otorga mucha confianza para atacar zonas sinuosas o de pericia volantista. Su capacidad de retención está fuera de duda: el 100 a 0 km/h en unos decentes 40 metros.
Finalmente, el gasto de combustible depende del modo seleccionado. El más ahorrativo –EcoPro–, realmente disminuye el gasto de combustible, sobre todo al practicar modales suaves y lánguidos. Si procuramos el modo rabioso, el más divertido –le dicen Sport–, veremos como cae fácilmente la aguja del depósito del fluido energético. Una por la otra.
Conserva el aire y dinamismo de los hermanos mayores
Veredicto
Por un precio de casi 570 mil pesos, accedemos a un primer escalón premium muy competente, completo y práctico, que deja la carrocería de dos volúmenes para los más aferrados a su adolescencia o fanatismo velocista, y busca allegarse a los automovilistas nuevos que desean conocer a fondo las bondades de la designación premium. Cierto, por esa cantidad se puede adquirir un sedán mediano de lujo con igual o mayor número de extras. Pero el ego siempre influye en la compra, sobre todo para los que aspiran a más en lo referencial clasista que únicamente lo más rentable en lo material.